Un nuevo fanzine, una nueva publicación en medio de esta guerra pandémica, las palabras tienen que subsistir en medio de bytes, kilobytes y números binarios, ex(sub)sistir en la inter-red en este formato digital; la palabra, la fuerza de la letra cochabambina debe seguir retumbando en esta ciudad digital de limites difusos.
En este número tenemos a la Ceci Di Marchi
desnudando en una autopsia a su libro de poemas “Blanco”, viendo por el periscopio encontramos una entrevista a
Lourdes hablando sobre el concurso de nanorrativa “Un párrafo, un mundo”, tres
cuentos de escritores bolivianos en tentacularia,
poesía gráfica y letras de pandemia en descarnada
poesía, cerrando con broche de carnicero un cuento psicotropical del Franko
Caliche, en carne cruda.
Que la lectura continúe, que letramargo continúe,
salud(os) amargos y no tan amargos.