martes, 14 de abril de 2020

DESCARNADA POESÍA


Serie poética


Descarnada poesía, es una serie de poemarios, con desgarradoras historias, desgarradas letras, los diversos autores de esta serie son producto de la casa de Letramargo, poetas que nacieron con los fanzines de los primeros años del colectivo, son el producto de este ejercicio  que se llama fanzine literario, reuniendo a los poetas perdidos, a sus poemas sin escaparate. Con la necesidad de mostrarlos, leerlos y escucharlos nació esta serie, esta prolongación de Letramargo que es "Descarnada Poesía" el año pasado publicamos ya los primeros números, este 2020 vienen nuevos títulos.






Los títulos ya publicados son:

"Visiones Bajo la Tormenta" de Luis Alberto Portanda





El eterno viaje del héroe o solamente "Cain" de Ariel Revollo (Yana Alkho)






"Lascivia" de Jazmine Ortiz



Los títulos que publicaremos este año 2020 son:

"Chairo Punk Boliviano" de Leonardo Fajardo






"Memorias de un condenado" de Luis Alberto Portanda






Saludos amargos















martes, 7 de abril de 2020

Ganadores Cuarto Concurso de Nanorrativa "Un párrafo, un mundo"

Como están queridos amargos, como  ya saben ustedes, los ganadores del concurso de nanorrativa "Un párrafo, un mundo" en su cuarta versión, ya se publicaron en nuestra pagina oficial www.facebook.com/letramargo felicidades a los ganadores, ahora aprovechando este medio pondremos a su disposición los relatos ganadores.


Saludos













MENCIONES

Celos

El defensor de los derechos de las sombras, le preguntó a Eva por los motivos que la impulsaron a darle muerte a su propia sombra, sin justa causa aparente.
- Sí hay un motivo, dijo ella.
-¿Cuál?, preguntó el defensor.
-Por competencia desleal, respondió ella.
-Explíquese, señaló el defensor.
-La maté por puta, concluyó Eva.
***  

Delibery

Concentrado en mi propia cotidianidad, pedaleaba enérgico, intentando que mis piernas acelerasen el ritmo de la bicicleta y con el danzar de las ruedas se multipliquen las entregas, sumando así, algunos pocos pesos a mi existencia.

Mi condición de estudiante limita mis posibilidades de un empleo formal, y el pensionado donde vivo hace perentoria la necesidad de contar con recursos para subsistir.

Andar varias horas sobre dos ruedas y con una mochila térmica, aseguro que es un trabajo difícil. Y eso que, omito la reducida paga, las exigencias extremas y relación impersonal con una app de android.

Lo transitorio es mi expectativa… Pero ¿Cuánto tiempo es transitorio?... ¿Cuánta vida se dilapida en lo temporal?
De repente algunos motoqueros con casco, impiden mi circulación. Se me aproximan violentos. Me propinan golpes por doquier.  El dolor en mi mandíbula desprende mi morral con lo recaudado. Mientras la toman, caigo al suelo y ellos ríen. Me duele el cuerpo.  Entreabro los ojos y veo como se alejan, pero se detienen para atracarme la bicicleta.  Como en un sueño, observo la retirada.

No pude hacer el depósito a tiempo. La App, mi gran jefe, me bloqueó. Esta vez, para siempre.


Dolorosa exclusión 


El correo electrónico y el blog anunciaban que había ganado el concurso de nanorrativa. Desde frente al ordenador le gritó a su esposa: “Amor, ¿Podremos ir a Cochabamba con 40 dólares?” La noticia representaba un triunfo a su tenacidad. Había soportado rechazo tras rechazo, a pesar de la calidad que otros atribuían a sus obras, por su convicción de que la literatura debe ser denuncia. Un día se cansó y les envió un mensaje a decenas de casas editoriales e instituciones auspiciadoras de concursos literarios: “En futuras convocatorias, o al rechazar manuscritos, sería honesto que aclararan que no se admiten críticas a Fidel o Raúl Castro, ni a su sistema político, económico y social. Cuba es diferente. Las obras que traigan ese contenido serán desestimadas”.Se terminaría la hipocresía y esos escritores podrían dirigir sus esfuerzos hacia instituciones y países que estén dispuestos a evaluar con objetividad los trabajos inspirados en montañas de evidencias acumuladas durante 61 años de ejercicio del poder absoluto –49 más que Somoza, 44 más que Pinochet, 30 más que Trujillo, 26 más que Stroessner y 25 más que Franco... y contando. Tal parece que Javier Cercas no alcanzó a escribir su Anatomía de un instante.



GANADORES

Adolescencia

3ER LUGAR

            Dicen que soy la rara del colegio. Así lo oí en el transporte escolar ─Ni siquiera disimulan cuando hablan de mí─. Sospecho que es por mis cabellos azules y mis ojos violetas.
            Hoy fue el regreso a clases. Cuando llegué al salón vi  a todos diferentes. La bulla del reencuentro inundaba el lugar. Los miré de reojo. Me percaté que Adelina ya tiene senos. Francisco no paraba de tocar los tres pelitos que asomaban en su barbilla. Y Roberto con su cara grasosa reflejaba la luz que entraba por la ventana.  César, el capitán del equipo de baloncesto, preguntó por la maestra y al salirte un falsete todos reímos a carcajadas ¡fue realmente gracioso!  
             Pero nada es tan complicado como lo que me pasa a mí. ¡Qué fácil la tienen ellos! Solo deben lidiar con los cambios de la adolescencia. Yo, en cambio, debo ocultar la aleta pectoral sobre mi esternón. También alisar mis escamas enredadas entre mis medias tobilleras y disimular mi aleta dorsal con el morral que siempre llevo a cuestas ¡Y eso que aún no aparecen mis agallas!
            Espero que para cuando broten los opérculos ya estemos en vacaciones otra vez.

Dos amigas
2do Lugar

Eran dos amigas, super amigas. Desde pequeñitas habían sido uña y carne. Un aciago y triste día ocurrió un imprevisible desastre: se enamoraron locamente, las dos al mismo tiempo, del mismo vestido. Consecuencia: dejaron de ser amigas para siempre. No consta si dentro del vestido había alguien.

Pasó el tiempo. Un día se encontraron en un debate político. Ambas defendieron lo contrario de lo que pensaban. Coincidieron en todo. Se afiliaron a la misma ideología aunque era la contraria a la propia de cada una de ellas. Al poco tiempo ambas formaban parte del mismo consejo de ministras y ministros. En la jura del cargo ambas vestían el mismo modelito del mismo diseñador. Siguen odiándose pero ahora lo hacen con una mayor elegancia. 

Café espresso
1er lugar

Una insólita ventisca buscaba refrescar los vestigios de la canicular mañana. Recorriendo la amplia avenida admiraba la severidad de los copiosos árboles, empero, en lo alto, apasionadas y libertinas ramas con suave y cadencioso meneo se prodigaban impetuosas caricias. Alcancé la esquina, ahí topamos, nuestras miradas ensamblaron, ojos negros rasgados -símiles a diosas egipcias- me remolcaron tiempo atrás. Ella asombrada miraba al fantasma. Cada rostro, igual pregunta: ¿de dónde, carajo saliste? Al rato: ¡Erika! ¡Antonio! “Tomemos un café” – propuse. “Al lugar de siempre” – aceptó riendo. “Si, el mismo bulevar, buen café para gente sin tiempo”. 
                   
Hace más de una década jodimos aquello de ser amantes, luego cada quien vivió su vida, siendo esta la primera vez en vernos. Con su blusa medio desabrochada mostrando brassiere y estupenda minifalda, tomó asiento algo inclinada sobre la mesa de vidrio. Empleó esa voz susurrante que me cautivara, el café humeaba como nuestro hirviente pasado, miraba mis ojos, bajo la mesa piernas tentadoras, dedos sabuesos alcahueteaban sobre mi mano. ¿Tienes el mismo celular? Te llamo en la noche – dijo al besar ardientemente mi mejilla. La vi alejarse con andar de pasarela y glúteos caídos. “Culos vencidos, no los ansío” – sentencié.